*/*/*De la misma forma como si hubiera extravíado algo, así los ojos desolados y hambrientos recorren cada espacio, los rincones polvorientos con el temor de encontrarse nuevamente en la oscuridad y en la vaciedad de la vida que sonríe perfecta. No se desgarra la piel ni se llora , sin embargo se sigue ocultando, se acurruca tras las pupilas el deseo, ese deseo que se fuga de vez en cuando, que te toca y que emana mi aire, mi estar. Hablo conmigo, con esa extraña que soy; tú, cuando termines con ese monólogo habla conmigo. ¿Quién dijo que no había que hablar con extraños? |
*/*/ Igual que peligra la flama de una vela bajo un cielo lluvioso, del mismo modo he expuesto un mundo recién nacido. Cometí un asesinato, creyendo suicidarme y bajo el engaño de arriesgar esta nueva existencia he descubierto el gusto por tu muerte; me he encontrado libre y sin voces tras de mi ¿podría vivir así? ¡Claro que puedo! Me entregué al abismo, regresé y quiero más de eso.
Hay algo polvo en mi ropa, en mi cuerpo y siempre ha estado ahí sólo que hoy he dejado de negarlo, como también la tristeza que nace y muere constantemente, así, del mismo modo que he dejado de negar la tristeza, esa que no se agota en la lágrima y que desespera por abandonar el suspiro para estrellarse en el grito.
No puedo liberarme en el mundo de culpas porque nunca hubo uno y, si en un instante del que nunca me percaté, apareció chillando futuro, debo decir que no se puede extrañar lo que no se ha tenido, he ahí la respuesta.
brincando nubes
No tengo ganas de moverme, el aire mismo me ahoga, lo que antes me salvaba hoy me sofoca. Para la mala fortuna de algunos he quemado cada una de las máscaras pues ¡se ha terminado la hora de las complacencias! ¡tengo ganas de hacer de tu hora feliz una verdadera pesadilla!. Pronto veré las nubes por encima de sus cabezas y me embriagaré sonriendo, extraviándome contigo una y otra vez hasta que llegue el día de volverte a ver.
Quisiera poder robarte el peso de una cruda verdad, quisiera quitarte las dudas que cortan la sonrisa. Soy muy débil, la luna no me otorgó el poder de salvarte así, no de ese modo y quizás sólo puedo salvarme pensando que mi presencia te brindó color en una circunstancia terriblemente develada; yo encuentro vida en el sonido de tu risa y en el calor de tu cuerpo.
¡Por el fascista que llevamos dentro!
El deseo, dije en algún momento, es transgresor de las circunstancias de una forma peculiar: dibuja una escena lejana, inalcanzable o posible allá a los mil intentos que en ocasiones, por qué no decirlo, motiva o alienta. A diferencia del desear, creo yo, el querer va más con el ahora, es decir, el querer no se fija en lo que tenga a la mano o en la posibilidad de realización, su radicalidad se encuentra en que el te quiero demanda, sí esa es la palabra, demanda al otro ya, no pide permiso, no suspira ni titubea en sus ganas sino que estalla en la exigencia. Y es que decirlo tiene una fuerza fascistoide extraordinaria a la que es imposible negarse, lo que hay debajo de la caricia y la mirada es el querer totalitario del otro.
¡¡vuelen, vuelen!!
Deja algo de tu aroma y el recuerdo de un sabor que pinta un colorido devenir; el Sol nos llamará nuevamente y quiero que me descubra así, con esa marca de ti conmigo aún cuando la finita y material ausencia nos ahogue nuevamente. Permite que cierre los ojos y me llene del aroma que libera del sueño y me trae al mundo que ahora decido recorrer contigo, ese mundo en el que nos insertamos aceptando la circunstancia y a la espera del momento oportuno: para el encuentro, para el beso, para la despedida.
Deja que te observe y me encuentre confirmando que estás conmigo, que estoy dejando todo entre tus brazos; apréndete mi rostro y guarda este susurro que sólo quiere acompañarte cuando el miedo y la lejanía se asomen.
el sujeto ha muerto
Sangrados los recuerdos y cansada de flagelar este cuerpo...regreso al mundo siendo yo el mundo, gloriosa y con rastros del Leviatán entre mis uñas.
Hay palabras y ademanes políticamente correctos que resultan mucho más hirientes que éste gesto de honestidad. Si bien se dice constantemente que la Filosofía es una forma de vida, por esa misma razón, las apreciaciones acerca de la misma no son asunto de nadie más que las personas que asumen la experiencia y sin embargo, considero, algo que ha sido permanente bajo el marco maravilloso de la Filosofía, es el asombro, la escucha y las posibilidades que aparecen y desaparecen, tan plásticas y tan ofrecidas al mundo.
El deseo rompe con una condición actual: quiero eso…, necesito, no importa que no pueda o que no sea oportuno, no importa el precio...,sigo deseando.
Hay ruptura, pero la posibilidad de la satisfacción es mil veces más poderosa.
La eroticidad del Pie de Queso
*/*/mientras me tragaba el pie de queso..reflexionaba.. LA EROTICIDAD DEL PIE DE QUESO...
En la naturalidad con que la crema se desplaza entre la lengua...la poca resistencia de la galleta a ser devorada…y la felicidad de mi saliva abrazando el sabor la eroticidad se manifiesta en esa misma naturalidad en que la crema se funde con la saliva como sucede con la lengua de un otro queriendo ser en mi y queriendo creer que me encuentra. Se aleja cuando la respiración se corta por instantes, esos breves momentos en que es necesario recobrar el aliento para volver, al movimiento, a la humedad, al placer.
*/*/ Se hace latente ese aroma a humanidad, el calor que nadie necesita ya y, que por tanto, nadie quiere repetir. Emanas odio y habladurías, no te queda alternativa efectiva que el hecho de limpiar el sudor de tu frente y esperar a que se agote el tiempo. Pero no te preocupes, yo también espero tu ocaso, hoy y para siempre.
*/*/ No quedaba otra cosa sino el hecho de reconocer la necesidad de una dosis de lejanía cuya apariencia y sentir era interminable; ante la agonía de cualquier ilusión y con la sonrisa burlona de la muerte vino el silencio y la distancia, distancia implorada y que ninguna voz había venido a reclamar.
El mundo no se ha vuelto en contra, lo que pasa es que en la decisión del silencio y la prudencia en nombre de no se qué, no queda opción alguna que huir o enloquecer sin dejar de sonreír. ¡Pero qué importa! ¡Si el nombre sigue estando ahí! ¡Sigue estando aquí siguiéndome en la agonía, en el delirio, en la muerte! .
*/*/ En el tiempo fragmentado se gesta y muere la mentira; la mentira que gozo, que crees y que en ocasiones yo también puedo tragar sin encontrar una necesidad de ello. A veces parece que los rostros van y vienen, se visten y desnudan de significado y al mismo ritmo todo se vuelve recuerdo, un menú de recuerdos cuyas sensaciones no siempre quisiera repetir; pero podría decir que la verdadera duda es mi permanencia, mis ganas y la estabilidad de aquello que me constituye.
Queriendo encontrar algo chistoso diré que quienes me conocen, atribuyen esos delirios a un trastorno o algo así, no se como lo llamarán los psicólogos. Si duda con éstas y todas las líneas ya no trazadas por la pluma sino creadas por un poco de emoción y la presión sobre un teclado, expongo mucho de mí ante los lectores de éste humilde diario casi o en su totalidad quinceañero.
Se ha vuelto familiar esa sensación de pensar en todo y a la vez en nada específico, el desfile de figuras que han salido de una realidad pero también aquellas de la fantasía; el horario habitual, hoy se ha visto perturbado por un insomnio que parece no tener fin. En mi boca yace el vino que no pudo escapar a mis necesidades durante el ocio, en un registro aparece la llamada equivocada y en el pensamiento tú. ¿Será que solo así me es posible convocar la presencia? ¿Es ésta la forma de traer? Las preguntas se opacan con la delicada imagen de la luna, ahora nada es, vuelvo al anonimato victoriosa, vuelvo al placer del ocultamiento.
En el ahora, externo aquello en lo que ya no creo; me muestro como lo que murió, aferrándome a coincidir contigo para luego, ahogándome de hipocresía correr a pedir perdón.
Debajo del silencio
Si bien los años y la experiencias de vida entre tú, los otros y yo, nunca o difícilmente serán las mismas, pero si la Filosofía es el sabor común que a todos nos llama a degustar y si aparte disfrazado de sabiduría te posas por los pasillos, entonces, el sitio de todos se ha vuelto una bofetada.
Tienes esa mirada y los movimientos del perseguido, del culpable; tras esos ojos y ropas, albergas la duda, la ignorancia maldita y la mala conciencia. Reconociéndote mediocre no queda otra que echar manos del poder, de las relaciones con quienes llevan el volante y que sin embargo…, al igual que tú, dudan de su acervo, de su moral barata, de su sexualidad.
Quisiera tener la certeza de que eres el único, así podría garantizar mi total compasión, pero no…, hay más como tú y mi tolerancia no alcanza para tanto.
*/*/ Hoy un compañero de escuela al ver la nueva credencial de estudiante me dijo “con eso ya le vendieron el alma al diablo”, en ese momento dejé de ignorarlo y agregué: la universidad entregó eso y más, la credencial, es solo para recordarlo.
Como si el pensamiento te hubiera llamado, como si el pensamiento tuviera ese poder de convocarte y hacerte presente, de ese modo las palabras abren una multiplicidad de sentidos al devenir que antes aborrecía y con los cuales ahora quiero engañarme.
El viento soplaba despacio mezclándose con la transpiración de los cuerpos en movimiento pero espiritualmente ausentes; yo, entre el cochinero y el ruido, brindaba un espacio para esta humilde fascinación que ahora ofrezco.
"Anda, pídeme que viole las leyes que te encarnan.." L.E.Aute
No es malo iniciar el camino y sin pensar en el destino, déjate envenenar por el néctar que guardo solo para ti.
Y ahora qué...
En el ahora no tengo aliados y el extraño que soy yo me incomoda, su tono me molesta bastante. Sospecharás entonces que si llamo a tu puerta es para no encontrarme y tal vez así sea, no quiero hallarme porque sé que no hay otra cosa sino episodios desgastados y abarrotados de normalidad, del romanticismo que ya nadie quiere ofrecer y del que me afirmo, no puedo esperar.
Son solo fragmentos, pobres recuerdos que creo me han parido así, sin rumbo y lugar; pero no te preocupes por mí porque no me asusta el llamado de la vaciedad…, aunque quizás, hubiera preferido encontrarte y que tú… hubieras querido encontrarme.
Vivo en el caos del sueño y la mentira de la vigilia, del estar alerta ante el sentir, protegiéndome de la pérdida que imagino se avecina, de lo otro que con o sin cuerpo es monstruoso; grito y lloro vestida de cordura, de lógica, de un estúpido deber ser, de tu futuro e intereses que he adjudicado. No me perdono de nada, ardo en mi fuego y cuando quiero justificarte, me absuelvo.
Después de la nada latente en este eterno espacio-tiempo, mi amiga la melancolía susurra ciertas ganas de presencia; es para mí la melancolía un traer ahí delante al estilo heideggeriano, el instante en que todo es posible.
A oído abierto
En la agonía del encuentro conmigo, naces para morir al antojo de quien te recuerda la finitud. Pasado y futuro no son nada…tal vez vagas decisiones que pretendo llenar de un significado cambiante, que se mueve al ritmo de mis hormonas. El encuentro conmigo no es sino la soledad hablando, la que he descubierto como la visita inevitable e ingenuamente, inesperada.
El que espera en realidad enferma, la esperanza es el riesgo de no tener nada o demasiado de lo que uno no deseaba. La decisión es lo único que hay y un precipicio al que me arrojo constantemente y del cual me viene el miedo y en ocasiones el dolor.
2007
Como es de notarse, estoy en medio de una celebración y sin embargo me encuentro usando un blogspot como diario…, como es de notarse, no tengo mucho qué hacer. Lo único que puedo contar es lo que se observa: la mala noticia del año ya me llegó, los parientes que nunca me han frecuentado y a los que nunca llamo, hoy se comunicaron; los zapatos que casi nunca uso pues jeje, los traigo puestos. Podría añadir otros detalles que seguro no te importan, la cura de todo es que al paso de una semana: mi mala noticia perderá lo trágico, mis parientes dejarán de llamar y yo de escucharlos, no volveré a usar estos zapatos. No hay encanto.