*/*/ Es tan sencillo ver cómo en el otro brotan las estupideces y los miedos más tontos; pero si me fijo bien, comprendo que ese otro soy yo y hasta puedo sorprenderme de la repugnancia y el sabotaje que he cometido. Sin embargo, cuando amanece, todo es tan limpio y vuelvo a asombrarme con el mundo que antes me había devorado, mundo por el que en un momento me dejé devorar; quiero verte, susurrar de forma sincera y rayarte la espalda con la pluma de mi deseo.