*/*/Ayer creí reconocerme, creo que fue por la tarde... sí, en el pliegue entre el ocio y lo inevitable. Una sucesión de eventos (no desafortunados como en aquella película asquerosa) pasaban delante, indiferentes a mi presencia y yo sólo tenía la certeza de dos cosas una, mis pies helados y dos, el querer un momento que dejara de devenir, quería un momento siempre presente que como fotografía pudiera traer conmigo.
No había expresiones ni afectos, no había palabras pero me bastó un instante para saber que sólo allá el sol se oculta satisfecho de sus destellos; al tercer mes me pareció que deseaba profundamente conservar el aroma que con tanto placer vine a degustar.
Me sientes y huyes de la mirada porque sabes que te traicionas si te quedas, porque sabes que mueres cuando quiera, porque dejarías de ser. Te digo "quédate, da igual ya no eres después de mí".