*/*/ Dime hoy que me quieres para salir del círculo de invocar el mañana, ayúdame a dejar la periferia del anhelo y el deseo, a perder la tentación y el acoso maldito de la espera. Observa este rostro con el peso de sus años y una humilde vida a cuestas que no hago más que ofrecer, siente el palpitar de este corazón que se desborda.

Deja algo de tu aroma y el recuerdo de un sabor que pinta un colorido devenir; el Sol nos llamará nuevamente y quiero que me descubra así, con esa marca de ti conmigo aún cuando la finita y material ausencia nos ahogue nuevamente. Permite que cierre los ojos y me llene del aroma que libera del sueño y me trae al mundo que ahora decido recorrer contigo, ese mundo en el que nos insertamos aceptando la circunstancia y a la espera del momento oportuno: para el encuentro, para el beso, para la despedida.

Deja que te observe y me encuentre confirmando que estás conmigo, que estoy dejando todo entre tus brazos; apréndete mi rostro y guarda este susurro que sólo quiere acompañarte cuando el miedo y la lejanía se asomen.