*/*/ En el tiempo fragmentado se gesta y muere la mentira; la mentira que gozo, que crees y que en ocasiones yo también puedo tragar sin encontrar una necesidad de ello. A veces parece que los rostros van y vienen, se visten y desnudan de significado y al mismo ritmo todo se vuelve recuerdo, un menú de recuerdos cuyas sensaciones no siempre quisiera repetir; pero podría decir que la verdadera duda es mi permanencia, mis ganas y la estabilidad de aquello que me constituye.

Queriendo encontrar algo chistoso diré que quienes me conocen, atribuyen esos delirios a un trastorno o algo así, no se como lo llamarán los psicólogos. Si duda con éstas y todas las líneas ya no trazadas por la pluma sino creadas por un poco de emoción y la presión sobre un teclado, expongo mucho de mí ante los lectores de éste humilde diario casi o en su totalidad quinceañero.

Se ha vuelto familiar esa sensación de pensar en todo y a la vez en nada específico, el desfile de figuras que han salido de una realidad pero también aquellas de la fantasía; el horario habitual, hoy se ha visto perturbado por un insomnio que parece no tener fin. En mi boca yace el vino que no pudo escapar a mis necesidades durante el ocio, en un registro aparece la llamada equivocada y en el pensamiento tú. ¿Será que solo así me es posible convocar la presencia? ¿Es ésta la forma de traer? Las preguntas se opacan con la delicada imagen de la luna, ahora nada es, vuelvo al anonimato victoriosa, vuelvo al placer del ocultamiento.