*/*/Se ha terminado el asombro, no queda nada que dirigir hacia ti, sin llanto alguno te doy la espalda después de haberte aniquilado con tanto gusto. Aniquilado el mundo, el deseo y el fantasma de anhelar la presencia.

Siento el regreso después de tanto abandono y me encuentro intacta pero aún gozosa de verte dar el último respiro, de esa forma encuentro que mi sentido es no tener sentido, ni esperarlo.

No conservo a nadie y sospecho que nadie me conserva, lo curioso es que puedo dormir tranquilamente; alguna vez traté de ser feliz y de marchar como había sido requerido...mmm…no, no funcionó. Dios que ahora escribo como “dios” solo vino a escupir cobardía en un momento en que todo aparecía brutalmente, no había lugar al cual correr y empecé por decidir…, decidir el sin sentido, el delirio, el placer, el dolor.