El llamado del abismo

*/*/Los ojos están cansados, todo el cuerpo lo está y es que, tantos años se cobran en éste último que parece eterno; comprende que en la infinidad de rostros que le rodean, en realidad ninguno le pertenece, nadie quiere nada de nadie porque no hay tal necesidad de formar parte de algo, estúpida e ilusoria necesidad. Si piensa en el cuerpo no es ya para repasar los debates sobre su negación o la entrega a los placeres de la experiencia sensual, el cuerpo solo es un lastre al que hay que mantener drogado para evitar los interminables dolores.

No se puede ver el final entre los escombros de una vida que no tiene rumbo y hacia la cual no hay apetencia dirigida ¡ha llegado el momento de la confesión!..., ¡ha llegado la vacuna liberadora de la muerte!, si te parece una huida…no importa lo que digas pues pronto dejará de oírte ladrar.